10/4/18

Style Wars


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En el documental Style wars, que vio la luz en 1983 y desengranaba las distintas vertientes de la cultura hip hop, había un joven grafitero que explicaba por qué plasmaba su firma en los trenes de Nueva York: "Es cuestión de hacer un tag en cada línea y cada estación, que la gente vea tus firmas en Queens, Uptown, Downtown... en todas partes", decía. La madre, que estaba en la cocina con él, se reía. "No creo que sepa lo estúpido que suena, les oyes hablar y suenan ridículos cuando dicen que ese 'es el rey de los vagones'", criticaba la señora.Ahí estaban los inicios. Al final, el tiempo terminó por darle la razón al chaval. El hip hop no sólo acabó convirtiéndose en la revolución contracultural más importante de aquella década en Estados Unidos, sino que traspasó sus fronteras y se convirtió en un grito de inconformismo para los jóvenes de medio mundo que lo adaptaron a sus propias circunstancias sociales. En España sucedió eso mismo.De manera paralela al hip hop crecieron las batallas de rap. Eran enfrentamientos callejeros en los que los raperos improvisaban rimas sobre la marcha con el único fin de ser más ingenioso que el oponente y vencerlo. Se trataba de algo a medio camino entre las competiciones de baloncesto que se llevaban a cabo en las canchas de los bloques de protección oficial y la esencia de las jam sessions de los inicios del jazz, cuando los músicos quedaban para improvisar después de sus conciertos.